El rosa para las chicas y el azul para los chicos, muñecas para chicas y pelotas para chicos, ballet para las chicas y fútbol para los chicos.
Vivimos un poco condicionados y con miedo a experimentar cosas nuevas.
El ballet es para las niñas, eso dicen muchos, muchos que no saben, y eso hace que muchos niños tengan miedo a bailar, por el simple hecho de: qué pensarán de él o de que se rían de el.
Pero ¿Por qué no hacer algo que realmente te llena y te gusta? El ballet no es nada raro ni del otro mundo en los hombres. Sin hombres no se podrían llevar a cabo los grandes ballets como «El lago de los cisnes». Sin hombres que bailan, no hay ballet. Los hombres hacen una parte muy importante en el mundo del ballet, acompañan a la bailarina, debe de dar grandes saltos y suspenderse en el aire, fuertes y rápidas piruetas, deben tener una gran agilidad en los pies. Los hombres en el mundo de la danza son muy importantes. Y si creéis que como muchos dicen el ballet no es hacer ejercicio, te invito que que busques la estructura corporal de un bailarín de ballet, sus piernas, abdominales, brazos, etc. Si piensas que bailar no es hacer ejercicio te llevaras una sorpresa
Yo siempre he vivido rodeado de arte y música. Cuando era pequeño recuerdo haber visto una película que hizo que algo cambiara en mi: Billy Eliot, ese chico que sin importar lo que le dijeran, se propuso una meta: ser un bailarín de ballet. Se me encendió una chispa, desde que vi esa película me encerraba en el salón con unos 6 años, ponía música de ópera de mi padre y empezaba a bailar. Simplemente bailar, sin un orden y sin pensar, solo bailaba, y era una de mis satisfacciones mas grandes.
Me presenté para apuntarme a una escuela de ballet que estaba ya llena, por lo cual no pude entrar, así que decidí seguir buscando, pero no encontraba nada.
Mis padres no entendían la pasión que tenía por la danza . Cada vez que veía algún espectáculo de ballet me fijaba en los hombres y decía: «Me gustaría estar ahí haciendo lo mismo».
En fin, mas mayor decidí lanzarme otra vez y esta vez lo iba a conseguir. Probé dos academias que no me cuadraron, pero a la tercera va la vencida. Cuando fui a la clase de prueba e hice los ejercicios, me sentí en un ambiente donde me veía el chico mas feliz del mundo.
Al fin era feliz y había llenado un gran hueco.
En conclusión. Los sueños están para cumplirlos, y no hay que tener miedo de abrir esa puerta que te lleve a ellos, hay que aprovechar las oportunidades y hacer lo que realmente te gusta sin que te importe lo que piensen los demás, lo único que importa es tu felicidad y que te guste lo que hagas.

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